VÍA LÁCTEA

 

Dramaturgia y dirección Roberto Ibáñez

Elenco: Pablo Viollaz, Dora Sajevicas, Ligüen Pires, Roberto Caute, Denise Karin Bell, Martin Padin, Ruben Ramirez, Nonnel Nhoj

Julio Pallero, Mariela Montes de Oca, Maricel Vicente, Andres Morello, Maria Emilia Vidal, Horacio Serafini, Marcelo Beltrán Simó, Atilio Farina

Teatro Corrientes Azul. Av. Corrientes 5965 – CABA

Informes y reservas: 114854-1048

Entradas $ 230 (Estudiantes $180 y Jubilados $120)

Funciones domingos 20hs

Basada en el secuestro que durante la pasada dictadura sufriera la hija de la actriz Nya Quesada y su pareja, suceso en el que también fue llevado el pequeño nieto de Nya, luego abandonado en una comisaría como un niño extraviado. Vía Láctea rescata aquel niño, cuando ya treintañero, está regresando de un largo y anodino exilio español en busca de su padre biológico y de aquella abuela que hace tantos años no frecuenta. Desea reencontrar su vida interrumpida, su identidad desmembrada, debiendo para ello desandar un camino extraño y propio.

Ficha técnica completa:

Dramaturgia y dirección Roberto Ibáñez

Elenco: Pablo Viollaz, Dora Sajevicas, Ligüen Pires, Roberto Caute, Denise Karin Bell, Martin Padin, Ruben Ramirez, Nonnel Nhoj

Julio Pallero, Mariel Montes de Oca, Maricel Vicente, Andres Morello, Maria Emilia Vidal, Horacio Serafini, Marcelo Beltrán Simó, Atilio Farina

Vestuario: Alicia Gumá

Iluminación: Betina Robles

Director Coral: Ricardo Maresca

Fotografía: Gabriel Reig

Asistente de dirección: Ester Traverso

 

La génesis de Vía Láctea la encuentro en el intento por dar respuesta a  un pedido para que escribiera un guión de cortometraje. Lo solicitaron con el objetivo de conmemorar el secuestro que durante la pasada dictadura sufriera la hija de la actriz Nya Quesada y su pareja. Suceso en el que también fue llevado el pequeño nieto de Nya, luego abandonado en una comisaría como un niño extraviado. Los secuestrados nunca regresaron y sin duda fueron asesinados. Terminé escribiendo un guión de largometraje que, por ahora, duerme su letargo, pero que inexorablemente, despertará.

Vía Láctea rescata aquel niño, cuando ya treintañero, está regresando de un largo y anodino exilio español. Como corolario de un trabajo de taller con nuestro grupo ‘Confines’, encaré el desafío de adaptar al guión cinematográfico convirtiéndolo en un texto para montar en escena. Modificamos la verdad histórica en función del discurso teatral,  respetando la esencia de la solicitud inicial: Realizar un homenaje a tantas mujeres y su calvario, así como a las admirables Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.

Las huellas del guión cinematográfico persisten en el texto teatral. Encontramos una abuela deteriorada quien, tal como lo hiciera Nya Quesada, ensaya ‘Las Tres Hermanas’, razón por la cual la estructura de Vía Láctea estará penetrada por algunas escenas de la magistral obra de Chejov que, con modos que sorprenderían a su autor, se entrelazan con las peripecias de nuestra historia, derramando sobre éstas, luces y reflejos enriquecedores.

LA PUESTA EN ESCENA

Las características del texto, cuyo origen es un guión cinematográfico, nos condujeron al encuentro de una estética acorde.

Montar el relato de esta historia desgarrada, nos ha llevado a traducir el lenguaje que impusieron sus entrañas. Dentro de un marco escenográfico minimalista las escenas habrán de suceder como flashes en la memoria del protagonista. Este, descifrará su presente acompañado por los fantasmas del pasado. Luces furtivas guiarán el transcurrir de las escenas, luchando por empro lijar lo que la desmemoria desordena. Los actores serán un grupo de cómicos al servicio de las peripecias en las que se verá envuelto Matías, el joven protagonista. Las escenas de Chejov, que invaden con la precariedad y la desmesura de los primeros intentos, se verán alteradas por esta abuela que, torturada por el dolor de la pérdida, intentarán cumplir con su papel para no ser despedida, tal como  acontece con Anfisa, el personaje que interpreta en ‘Las tres hermanas’. Los efectos y sonidos surgirán producidos por los propios intérpretes. Todo será parte de un universo a punto de estallar. Que la Vía Láctea, tratando se sobrevivir al caos, haga justicia.

 

LOS CAMINOS DE LA CONSTRUCCIÓN ESCÉNICA 

Una de las tareas encaradas ha sido la exploración de la posible teatralidad del texto cinematográfico, atrapada por la estructura del guión. Descubrir qué era necesario eliminar o transformar, para que el ámbito escénico los aceptara como momentos teatralizables. Esto ha sido objeto de una búsqueda didáctica que, en la medida que se iban visualizando, nos permitían trazar la estructura dramática que sostuviera y permitiera el movimiento de la misma, así como elegir los textos apropiados, modificarlos o quitarlos, en función del desarrollo de las peripecias a narrar en escena. La improvisación ha sido uno de los caminos frecuentados durante tres meses de trabajo de taller, mientras,  se plasmaba sobre el papel lo que constituiría la base para poder comenzar los ensayos propiamente dichos. Durante los siguientes cuatro meses de ensayos y montaje, la propia carnalidad impuesta por el accionar de los actores, fue despejando dudas y sintetizando las escenas para que los conflictos se mostraran al desnudo y nos concedieran la oportunidad de un desarrollo más orgánico y significativo.

Este trabajo fue pautando las características de la puesta, montando y desmontando estructuras que posibilitaran la circulación del relato y las acciones que lo iban definiendo. Para que los resultados se ordenaran con nitidez serían necesarias luces precisas que diseñaría nuestra iluminadora. Hemos ido desechando pretensiones formales que nos proponían cierta espectacularidad para otorgarle prioridad al propio peso del discurso, quien nos exigía que trabajáramos para que fuera enriquecido por la potencia de la temática en cuestión, y no por pirotecnias que oscurecieran su lectura. Así ha ido emergiendo una identidad lingüística que creemos se corresponde con el doloroso homenaje que nos inspiró. Tanto el vestuario como los elementos de utilería se adaptaron a la informalidad que nos sugiere el carácter de ‘ensayo en proceso’ cuando espiamos las escenas de Chejov en las cuales participa la abuela de Matías, el hijo de la joven secuestrada y desaparecida. Los textos de Chejov le brindan a las escenas de Vía Láctea irónicas similitudes con nuestra realidad, regalándonos la brillantez del inmenso dramaturgo en el que hemos tenido la fortuna de abrevar. Ojalá hayamos conseguido plasmar, aunque fuera mínimamente, los climas que soñamos. Los dolores que nos penetran como sociedad, largamente los merecen.